....mi primer beso.....

Me sentí torpe, porque no sabía,
y también porque sabía que el sí,

Me sentí ansiosa porque yo sabía que era esa tarde,
él la había planeado.

Las manos me temblaban ante lo desconocido,
no sabía que hacer con ellas.

El eligió el lugar,
yo ni siquiera era capaz de eso.

Pensé que el mundo entero me observaba,
y el mundo entero me observó.

Quizás no era el niño perfecto,
pero era la edad perfecta.

Todavía existía la inocencia.,
sabía que el beso era lo único que iba a suceder.,

Ese era el gran acontecimiento,
Y,…… COMO NO!.?

Nadie lo olvida,
Y yo todavía no lo olvido.

Su nombre no lo recuerdo,
Pero si su apariencia.

Tenía el pelo negro,
bien negro.

Los ojos oscuros,
de pestañas largas.

Tez blanca,
labios……no lo sé…….húmedos.

Cuando se acercó para besarme,
no creo haber cerrado los ojos, porque vi su lengua.

Y al verla me asusté.,
no pensé que era así.

Sentí que se mezclaba su saliva con la mía,
raro sentimiento, me estremeció un poco.

No supe nunca que hacer,
Y en eso me sentí protegida, el me guió todo el tiempo.

Recuerdo que interrumpí el beso,
eran demasiadas emociones en un solo segundo.

No pude con ellas.

El insistió, y tomó mi rostro,
Tiernamente y suavemente volvió a besarme.

Yo ya sabía un poco de que se trataba,
por lo menos creo que esa vez cerré los ojos.

Y duró más tiempo.
Y me dejé llevar.

Y de eso se trataba,
ese era el secreto.

Dejarse llevar.

Seguramente duró más de varios segundos,
Ya no me molestaba ni su lengua,
Ni su saliva.

Jamás lo miré a los ojos,
Nunca me atreví.

Lo evité todo el tiempo,
El nunca dejó de observarme.

Por lo mismo, pienso que él se debe acordar de mí,
O alo mejor es lo que yo quiero.

¿Por qué habría de acordarse?,
Yo no fui su primer beso.

El si,
Para mí.

Mis manos siempre torpes,
Nunca lo tocaron.

El con las suyas ,
tocó mejillas, cabello, cuello.

También me abrazó,
dándole un final digno a mi bella experiencia.

El escenario que eligió
fue un banco de madera rodeado de árboles.

Cuando todo había terminado, por lo menos pensamos que era sí,
me cogió la mano y me llevó a mi casa.

No debo haber hablado,
El seguramente sí.

Palabras tontas,
Innecesarias para ese momento,

Nada escuchaba,
Sólo recordaba el sonido de sus labios besando los míos.

Lo miré sólo al final,
Me miró por última vez en el umbral de la puerta.

Se despidió tierno y delicado,
yo lo dejé , y me gustó.

No lo volví a ver.
Tampoco lo busqué.

Estaba agradecida pero también avergonzada.
Era la enorme duda si lo había hecho bien o un total fracaso.

Al tiempo supe que preguntó por mí,
Y cuando lo hizo, lo hizo con la esperanza de volverme a ver.

Nunca quise.
Pero cuando supe que quiso verme.,
en el fondo de mi corazón y mi vanidad,
quedé tranquila,
me sentí feliz,
recién ahí sentí que no había sido tanta la torpeza,

Y que mis besos atarantados e inexpertos ,
Alo mejor,
a ese niño de tez blanca y pestañas largas,
Si le gustaron.