lunes, 8 de enero de 2007

El Darse Cuenta


Todo anda aparentemente bien. La familia, el trabajo, la vida social, etcétera. Las novedades, incluso, pueden ser auspiciosas. Sin embargo, el sujeto está deprimido, ya nada le interesa. Lo que antes lo alegraba, ahora le es ajeno. Lo que antes le preocupaba, ya no le preocupa. No está triste; más bien da una sensación de tedio o indiferencia. Todo es igual, monótono, gris, chato. Igual que ayer y que mañana... y siempre. Nada es diferente. Ya no siente nada y la vida carece de sentido. Es lo mismo vivir que morir... o es mejor morir. Los días son monótamente grises e iguales. La mañana es peor, hay todo un día eterno por delante. La tarde trae algún alivio, la perspectiva inmediata es la “muerte” reversible del sueño. El suicidio es una posibilidad cierta. ¿Qué se ha perdido? .El síntoma principal , la indiferencia (ausencia de valores), lo que se ha perdido no es un objeto concreto, sino la totalidad de los mismos como objetos significativos, en tanto al ser des afectados dejan de ser valiosos. La indiferencia no es por sí una situación penosa. Permanentemente pasa al terreno de la indiferencia cosas que antes teníamos por valiosas. En el melancólico, lo penoso no es que sea indiferente a todo, sino que no haya nada que pueda ser rescatado como distinto y por lo que merezca la pena seguir viviendo. No es penosa su situación porque haya perdido todos sus valores, sino porque no le queda ninguno. Lo que en la melancolía se da en forma masiva la desafección de todos los objetos, en el sujeto normal se da habitualmente en forma parcial, provocando indiferencia parcial en el sujeto normal, quien se orienta hacia otros mundos de valores que dan sentido a su existencia, e indiferencia total en el melancólico, quien se ve inmerso en una existencia sin sentido. El suicidio, siempre posible, no es un acto de valentía, por lo que tiene de osadía, ni es un acto de cobardía, por lo que tiene de huida; estas categorías tienen sentido en un mundo de valores. Es un acto de indiferencia. Si el vaso de whisky hubiera estado más cerca que el revólver, tal vez no se hubiera matado. En un mundo sin valores, no hay gran diferencia entre vivir como un extraño en un mundo amortiguado de sentido, y no vivir más”.


Esto lo rescaté de un sitio que habla de psicología……..me pareció interesante la manera como explican la melancolía, el sin sentido, la pena y la desesperanza…………sentirse así todo el tiempo es agotador, des gastador para cualquier ser humano (afortunado el que no lo haya sentido más de alguna vez)….para eso hay que buscar vías de escape para lograr el equilibrio, tratar de vivir en paz con uno mismo, buscar ayuda, pedir auxilio,……..lo importante es darse cuenta………….”EL DARSE CUENTA” a tiempo, es elegir entre “LA VIDA O LA MUERTE”…………………

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